Autores: Javier Gómez (Montacedo) y Héctor Hernando Arce.
A la hora de conocer su pasado, los vecinos de cierta edad de Ubierna han tenido como referencia el llamado “Libro de Ubierna”, cuyo verdadero título es “Noticias históricas de Ubierna”, escrito poco antes de la guerra civil por Domingo Hergueta. Transita este interesante documento a medio camino entre la relativa poca rigurosidad científica propia de la época y el valor que le confiere el haber tenido acceso a fuentes de información de las que no disponen los historiadores actuales.
En el último capítulo de este libro, el dedicado a los personajes famosos, costumbres y folklore, se hace esta breve pero estimulante mención:
“A última hora he tenido noticias muy lacónicas de un cabecilla carlista de la última guerra civil, natural de Ubierna, conocido por Periquín, que se le menciona con el Estudiante de Rioseras por ir juntos en la misma partida; y por cierto, que las tropas del gobierno los apresaron a la vez en la casa de Periquín, y los desterraron.”
Parece apreciarse en las breves palabras del autor el lamento por la falta de tiempo y de datos para ofrecer más detalles acerca de este tal Periquín. Circunstancialmente llegaron hace pocas semanas a nuestro conocimiento algunas noticias acerca de este carlista, y a partir de ahí hemos tirado del hilo hasta estar en condiciones de hacer un creemos que (aunque breve e incompleto) interesante semblante. Hemos intentado reflejar los hechos de la forma más neutral, de manera que cada lector extraiga sus propias conclusiones.
La última guerra civil a la que hace referencia Hergueta es la tercera guerra carlista, que tuvo lugar fundamentalmente entre los años 1872 y 1876. Si bien tradicionalmente se ha venido circunscribiendo la misma al País Vasco, el Maestrazgo y Cataluña; informaciones más recientes parecen apuntar a que su impacto territorial fue mucho mayor, siendo la censura de los medios de comunicación de la época la causante de tanta desinformación, a pesar del gran número de burgaleses que acabaron en causas judiciales por rebelión carlista.
Por poner sólo dos ejemplos, hace unos años el Diario de Burgos recogía la sorprendente reseña de una antigua revista inglesa en la que se mostraba el asalto de una patrulla carlista nada menos que a la Casa del Cordón, asalto fechado en mayo de 1872.
Asalto a la Casa del Cordón (1)
Y este otro asalto al cuartel de la Guardia Civil de Salas de los Infantes, publicado por la revista “La Ilustración Española y Americana” en septiembre de 1872.
Asalto al cuartel de Salas de los Infantes
Lo que sí hemos observado son las numerosas apariciones en el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos de acciones de reducida escala por parte de pequeñas partidas de personas autodenominadas carlistas, iniciadas ya en la segunda mitad del año 1870 en pequeños pueblos, o en la misma ciudad de Burgos, como la rebelión que tuvo lugar en la noche del cuatro de septiembre de ese año junto a la Cartuja de Miraflores, siendo parte de sus participantes perfectamente identificados, incluyendo como cabecillas de la misma a don Julián Alcalde, fraile exclaustrado del convento de los dominicos de la ciudad, y al procurador don Antonio Bruyel Orive.
(Algunos edictos relativos al suceso de la Cartuja; y que creemos inéditos hasta esta publicación)
Entre sus participantes no encontramos a nuestro Periquillo, al igual que no lo hace en el ya recordado asalto al Cordón del mes de mayo del año 1872, donde sí aparecen como cabecillas los citados don Antonio y don Julián, pudiendo ser este último el cura retratado en el grabado de The illustrated London News.
(Algunos edictos relativos al posible asedio del Cordón)
Se irían añadiendo un gran número de rebeldes al registro de repartimiento de causas criminales del partido judicial de Burgos iniciada el 24 de mayo del año 1872 tras el asalto al Cordón, como así se hizo con los del asalto al cuartel de Salas de los Infantes de septiembre de ese mismo año.
Libro de la Audiencia (3)
Dejando atrás este listado de sucesos, en parte inéditos, y centrándonos en nuestro personaje, lo primero que tenemos que decir es que el verdadero apodo de este carlista no es Periquín sino Periquillo, y que su nombre completo es Pedro Arce Martínez, nacido en Ubierna en el año 1842. Tomó por esposa en 1863 a Francisca Rodríguez Gallo, también natural de Ubierna, naciendo de su amor seis hijos. Su ocupación, como la de la gran mayoría de los vecinos, era la de labrador. (2)
Hasta donde hemos podido saber, la primera acción de Pedro Arce tiene lugar en junio de 1872; cuando roba el caballo del Cura de Masa:
Encontramos dos datos reveladores de esta noticia. El primero, que no hemos encontrado ninguna providencia judicial anterior a esta fecha, es decir, que cuadra con que este hombre llevase una vida pacífica hasta mediados de 1872 y que, identificándose con las ideas carlistas a partir de la declaración oficial de la guerra, decidiera pasar a la acción incluso a título individual.
Se menciona en otro edicto sobre este robo lo siguiente:
El cinco de julio Pedro acumula un nuevo delito, el robo de la carabina de Mariano de la Iglesia, peón caminero de Nidáguila. Como quiera que en las siguientes acciones se habla de un caballo similar y que Pedro va armado, no es descabellado suponer que estas dos primeras acciones van encaminadas a prepararse para las incursiones venideras.
El veintiséis de octubre lo encontramos ya en compañía de “el estudiante de Rioseras” tras una acción mucho más audaz: el robo de una importante cantidad de dinero al recaudador de Huérmeces. En la providencia se da una descripción de la indumentaria y se les denomina ya carlistas:
Se hace mención al uso de boina blanca (en otros textos se indica un color diferente de la boina, habitualmente encarnada).
La siguiente operación conocida de la pareja es el 20 de noviembre, fecha en la que proceden a incautar raciones en Rioseras. Antes de acabar el mes aparece un edicto en donde se realiza una breve descripción; señal de que empezaban a ser motivo de preocupación para las autoridades. Juan Fernández parece ser efectivamente estudiante y en cuanto a Pedro Arce lo describen como alto, delgado y poblado de barba. En otra publicación indican que tiene cara redonda y “color bueno”.
Aún tienen tiempo antes de acabar el año para quemar los libros del registro civil de Quintanarruz y dar golpes a su juez municipal.
Creemos que la quema de registro civiles avala la motivación política de estas personas. Por cierto, que los golpes al juez de Quintanarruz es una de las escasas referencias a violencia directa que hemos encontrado.
Ya en el año 1873 vemos que Pedro (que ya se hace llamar Periquillo) ha aumentado su partida y sus fechorías.
A este Ecequiel (sic) Sendino se le menciona meses anteriores “en compañía de otros dos” robando los fondos de Villagonzalo Pedernales
Y en el mismo mes de marzo integra el grupo de seis hombres que roban “911 reales en dinero y 2 kilogramos de tabaco de la Administración subalterna de rentas estancadas” en Sedano. Se indica que los sujetos llevan boinas encarnadas y blancas; “dos de ellos vestían capote de paño pardo con cuello y vivos encarnados, como usa la tropa de caballería”.
No sabemos la fecha de la siguiente operación, finales de marzo o principios de abril. En la misma amplían su radio de acción sustrayendo fondos municipales en el pueblo de Campino, distrito de Alfoz de Bricia. Durante la fechoría llevan boinas encarnadas y, detalle interesante, “El uno se llamaba Juan Fernández, que dejó un recibo de lo que sustrajeron”; algo que se hizo común junto a las sustracciones.
El día 22 de mayo de 1873 roban fondos municipales del municipio de Temiño e incluso actúan en el propio pueblo de Ubierna; pues el 10 de mayo roban una yegua y el 29 fanega y media de cebada del Ayuntamiento.
Los caballos son objetivo prioritario, lo cual no deja de ser lógico, pues favorece los desplazamientos y la incorporación de nuevos integrantes. El 8 de junio roban un caballo y algunos víveres en Rioseras.
El 16 y 17 de julio encadenan una asombrosa serie de operaciones. El primero de los días actúan en tres sitios: primero roban un caballo en Caborredondo, para a continuación hacer lo mismo con otros cinco en Riocerezo. La reseña judicial de esta última acción nos indica que Pedro Arce “parece que los comanda”; lo cual podíamos sospechar porque siempre o casi siempre se le menciona en primer lugar.
El día termina con un robo en Rojas. En este caso indican que el “capitán de la partida” es “el estudiante de Rioseras” ¿quizás se dividieron en varios grupos?
Especulando con esa posibilidad, al día siguiente, 17 de julio, el grupo ya unido vuelve a Ubierna con la mayor partida que hemos registrado “otros desconocidos hasta el número de 30, todos montados”.
¿Es posible que Ubierna fuera un “nido de carlistas”? Un dato que no podemos obviar es la publicación en el Boletín a fecha de 31 de mayo acerca de la intención de su alcalde, Félix Arce, de ser relevado del cargo, y que casualmente es el hermano de nuestro Periquillo, como si estuviese prevenido de lo que iba a suceder.
No podemos descartar del todo esta posibilidad si atendemos al incendiario escrito del Gobierno provincial calificando a sus vecinos de "cobardes"y dictando una multa por ello.
Ese mismo día 17 de julio de 1873 aparece en prensa la única mención periodística que hemos encontrado acerca de “Periquillo”. Se trata de una nota en el diario “El Pensamiento español” y hace referencia a una acción llevada a cabo el viernes 11.
El grupo de 14 hombres llega a El Almiñé y secuestran al alcalde y al pedáneo de Santa Olalla. Se indica, además que se trata de un “labrador acomodado”.
Y de repente, sin motivo aparente, cesa la actividad del grupo hasta el 13 de noviembre, cuando roban una yegua en Villanueva rio Ubierna. Bien es cierto que en dicho robo mencionan sólo al “Estudiante de Rioseras” y “otros tres desconocidos”. La última acción conocida de Pedro Arce tiene lugar el 9 de enero de 1874, cuando roban sellos en el estanco de Sedano. De nuevo se hace referencia a que nuestro protagonista está al mando.
Y la última referencia documental de Periquillo, que nos devuelve al punto de partida, no deja de tener algo de romántica. Es esta publicada en la “Gazeta de Madrid” (antecedente del BOE) el 28 de junio de 1874:
Podemos dejar llevar la imaginación y pensar en esos “dos hombres y un destino”, de comportamiento ético dudoso, que cada vez más acorralados por la justicia acaban siendo detenidos tras defensa heroica en su propio pueblo de origen.
Y aquí acaba la historia “oficial” de Periquillo… Pero aún hemos podido encontrar algunos datos en un documento notarial fechado en Sedano en febrero de 1878. Se hace referencia en el mismo a la incautación y subasta de propiedades de Pedro Arce en la localidad de Ubierna, en pago de la primera de sus fechorías conocidas; el robo del caballo al cura de Masa. Se menciona además que en ese momento nuestro protagonista está preso en Ceuta.
Audiencia (3)
Considerando la mención en un párrafo anterior a que Pedro Arce era un “labrador acomodado”, podemos deducir que Pedro Arce iniciaría sus peripecias por motivos ideológicos (de hecho no encontramos nada antes del inicio formal de la guerra) y que no le llevarían a tales acciones un suceso traumático o un revés económico que lastrase a la familia; motivaciones habituales en otro tipo de delincuentes.
Un último apunte; el hijo homónimo de Pedro Arce, nacido en el periodo más activo de su padre (febrero de 1873), casó en Guriezo (actual Cantabria) y emigró a Argentina donde aún viven sus descendientes.
Bibliografía:
(1) Diario de Burgos: ver noticia.
(2) Blog de genealogía: https://genealogiarioubierna.blogspot.com
(3) Imágenes digitalizadas procedentes del Archivo Histórico Provincial de Burgos
- El resto de consultas y capturas de imagen fueron obtenidas en: https://bibliotecadigital.jcyl.es
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